sobre máquina Smith las blancas manos
que ayer, sobre las teclas de los pianos,
fueron caer de nieve sobre nieve.
Escriben prosa, y sin embargo, bebe
ritmo el poema de las divinas manos
que roban a los cálidos veranos
el musical rumor de cuando llueve.
Algo como dos pétalos hermanos
o alas de mariposas en las manos
María de los Angeles hoy mueve...
Y en la máquina Smith, con paso leve,
¡Sus dedos bailan, como diez enanos,
la danza del granizo y de la nieve!
La mecanógrafa |
hermoso
ResponderEliminarAún recuerdo la anécdota aquella de cuando Isaac Palacios echó perfume en la camisa de mi padre y los consecuentes celos de mi madre.Eran amigos desde la infancia dado que vivieron casi enfrente y solían encontrarse en casa de mi tía Manuela en Tuxpan a chocar las copas con mezcal de Chichihualco.
ResponderEliminarY en alguna fiesta allá en la calle Escobedo,en Iguala,de dónde en donde nacieron pues.
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