sobre máquina Smith las blancas manos
que ayer, sobre las teclas de los pianos,
fueron caer de nieve sobre nieve.
Escriben prosa, y sin embargo, bebe
ritmo el poema de las divinas manos
que roban a los cálidos veranos
el musical rumor de cuando llueve.
Algo como dos pétalos hermanos
o alas de mariposas en las manos
María de los Angeles hoy mueve...
Y en la máquina Smith, con paso leve,
¡Sus dedos bailan, como diez enanos,
la danza del granizo y de la nieve!
La mecanógrafa |